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Relato erótico - Amor por la cultura asiática

Relato erótico de una pareja que prueba productos Shunga. ¡Imprescindible lectura!

Mi novio siempre ha amado la cultura asiática. Cuando lo conocí ya era así y nunca he intentado cambiarlo.
Recuerdo que nos conocimos cuando éramos bastante jóvenes, unos chiquillos prácticamente. En aquella época él apenas estaba dando sus primeros pasos en lo que a cultura asiática se refiere. Se la pasaba embelesado mirando las caricaturas japonesas de la época, leía mangas e iba a convenciones de comics a ilustrarse sobre sus ánimes favoritos.
Con el tiempo, decidió que su afición por la cultura asiática, en concreto la japonesa, se convirtiera en su método de sustento. Por eso estudió idiomas modernos en la universidad, centrándose en el japonés. Hoy en día trabaja de eso y su amor por el país nipón cada vez es más grande.
Yo por mi parte nunca tuve problema con eso. La verdad es que mi novio es una persona muy especial y su gusto por la cultura asiática, a pesar de ser algo distintivo de su personalidad, no lo compone a él del todo. Además de esto, es una persona increíblemente bondadosa. Un hombre que siempre está ahí para mí, que me escucha y me comprende… bueno, además de ser físicamente muy atractivo.


A diferencia de la creencia popular de que los llamados otakus siempre son personas poco atractivas físicamente, mi novio es un hombre bastante apetecible, con un físico de ensueño. Desde que lo conocí fue así y aun hoy en día lo es. Por todas estas cosas, su gusto por la cultura asiática me daba igual. Incluso en muchas ocasiones llegué a disfrazarme para él, haciendo nuestras veladas románticas más picantes.
Una constante en nuestra relación es que siempre nos esforzamos porque el tiempo que pasamos dentro de la alcoba siempre valga la pena. Juguetes, juegos de roles, incluso disfraces como ya les vengo comentando. Disfrutamos muchísimo del sexo y por eso ponemos mucho de

nuestras energías en que cada encuentro termine con un final satisfactorio para ambos, un clímax que nos deje las piernas temblando, llenos de sudor y con la boca totalmente saciada. El único problema es que las ideas a veces se acaban. Hace poco. Estaba a punto de comprar nuestros preservativos del mes en mascondon.com y de casualidad me encuentro con algo llamó mi atención. Esto era un kit de productos eróticos basados en las geishas. Ese personaje japonés en particular, ponía a tope a mi novio. Por lo tanto decidí comprarlo y poner en acción todo el erotismo que la cultura asiática nos pudiera ofrecer.


La siguiente vez que nos encontramos, puse en práctica todo el kit. Empecé con el aceite para masajes, con el que le propicié un masaje verdaderamente sexy. Luego de eso, utilicé el aceite afrodisiaco para aumentar la excitación de nuestras zonas erógenas. Nuestros genitales estaban ardiendo, el fuego se había apoderado de nosotros y devorarnos era algo inminente. Eso fue lo que hicimos, con una penetración lenta para disfrutar cada sensación, cada roce, cada aliento y cada beso. Por último y para darle un final feliz al cuento, utilicé el polvo comestible en su entrepierna, que terminó con un sabor dulce. Así, haciendo uso de herramientas de la cultura asiática, devoré y devoré a mi novio hasta que me premió con su semilla, blanca y deliciosa.

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