Trucos para durar más tiempo en la cama
Trucos para durar más tiempo en la cama
La industria de la pornografía a menudo ha retratado que el sexo dura horas y horas, lo que ha llevado a que se tengan malas interpretaciones de cuánto tiempo debe durar un encuentro sexual
Según los expertos en salud sexual, una relación sexual satisfactoria tiene un promedio de 6 a 7 minutos de coito y 13 minutos incluido el juego previo. Este debería ser el tiempo necesario y ser suficiente para que ambos queden satisfechos. Sin embargo, otras encuestas realizadas han encontrado que el 80% de hombres y mujeres quieren mantener una relación íntima de al menos 25 minutos-media hora (el tiempo que normalmente necesitan las mujeres para alcanzar el orgasmo).
Pero, ¿es realmente tan importante la duración de del sexo? Según los sexólogos, deberíamos estar más preocupados por cómo entendemos el acto sexual que por el hecho de que dure más, considerando que está mal que las parejas presten mucha atención a cómo extender el tiempo del coito antes de la eyaculación sin valorar la satisfacción que se obtiene en el juego previo.
Cada día, decenas de hombres acuden a un especialista para preguntar como durar más tiempo y tener más resistencia en la cama y con el temor de sufrir de eyaculación precoz. La satisfacción mutua es fundamental para tener una vida sexual sana, equilibrada y feliz. Para los hombres, su desempeño sexual influye muchísimo en su seguridad masculina y, es por eso, que la eyaculación precoz provoca en ellos sentimientos de intranquilidad, ansiedad, frustración o vergüenza.
Es normal que los hombres eyaculen demasiado rápido de vez en cuando, pero si esto te sucede la mayor parte del tiempo y eyaculas en menos de un minuto después del coito, es posible que te diagnostiquen eyaculación precoz. El 90% de los casos de eyaculación precoz se deben a factores psicológicos, y, sobre todo, a malos aprendizajes, pero que pueden corregirse con terapia.
Hay muchas técnicas o recursos diferentes a disposición de las parejas para durar más tiempo en la cama y prolongar la eyaculación. Los expertos recomiendan poner en práctica uno o más de las siguientes:
1. El ‘edging’ o la técnica de la parada-arranque
Esta técnica se practica a través de la masturbación y es el método más utilizado por los terapeutas sexuales para que los hombres aprendan a reconocer y dominar las etapas desde la excitación al orgasmo. El orgasmo masculino se divide en dos fases, en la primera el semen se carga en la uretra, y la segunda es la eyaculación misma.
Primero se practica solo y luego con la pareja. Con el tiempo identificarás cuando es tu momento límite de eyacular, es ahí cuando debes de detenerte y luego retomar. Es por eso que está técnica se le llama técnica de “parada y arranque”. Experimentar estos sentimientos te ayudará a entenderte mejor a sí mismo y a poder ejercer más control en cada etapa de tus relaciones sexuales.
2. Realizar ejercicios de Kegel
Aunque son más conocidos por ayudar a fortalecer los músculos del piso pélvico y aumentar la intensidad y frecuencia de los orgasmos femeninos después del parto, los hombres también pueden beneficiarse enormemente de los ejercicios de Kegel para el fortalecimiento del piso pélvico y el área perineal.
Contraer y relajar los músculos que usamos para retener la orina nos enseñará a detener la eyaculación hasta el momento indicado. Se estima que los hombres que realizan estos ejercicios logran durar más tiempo en la cama, hasta 4 veces más de lo habitual.
3. Variar las posturas sexuales
Dependiendo a la cantidad de terminaciones nerviosas que se estimulen, cada posición generará un cierto nivel de excitación en cada miembro de la pareja. Tomando como ejemplo a los hombres, aquellas posturas que no tienen una posición "dominante" les permiten concentrarse cada sensación y estímulos provocados por la penetración, y así poder controlar mejor el momento de la eyaculación.
Si sientes que ya quieres eyacular, cambia de postura. Hazlo con calma, no hagas movimientos bruscos para que tu no pierdas la erección ni tu pareja el orgasmo. Por eso, variar las posturas sexuales, el ritmo y la intensidad durante todo el acto puede prolongar el tiempo de la relación sexual.
4. Enfoca tu mente
El sexo comienza en el cerebro. Como hemos comentado, es indispensable estar atento a las sensaciones que está experimentando tu cuerpo, pero sin descuidar el placer. Relájate y disfruta. El sexo es un momento para establecer un vínculo profundo, una conexión íntima con tu pareja y a la vez, contigo mismo. Apartar la ansiedad es la clave para mantener un buen ritmo y no activar el Sistema Nervioso Simpático que se encarga de expeler la eyaculación.
5. Potencia el juego previo
Con el juego previo consiguen que las relaciones sexuales sean más placenteras y en parte más interesante. Nos permite crear una conexión con la pareja y descubrir nuevas sensaciones. El erotismo nos abre una gran puerta de posibilidades. Cuando solo buscamos ir directamente a la penetración, le restamos pasión y hacemos el sexo como en “modo automático”. Si en el tiempo del coito duramos poco, los preliminares nos ayudarán a relajar la excitación inicial y eliminar esa ansiedad, pues prolongaremos la relación sexual.
6. Uso de preservativos retardantes
Los preservativos retardantes pueden ayudarte a durar más en la cama. Estos condones tienen la misma apariencia que los condones regulares, pero contienen benzocaína o lidocaína, lo que ayuda a retrasar el momento del orgasmo masculino.
Sin embargo, este es una de las técnicas menos preferidas porque estos anestésicos reducen la sensibilidad del pene y por eso retrasan el orgasmo. PERO, si estás empezando a saber cómo controlarte para durar más en la cama, especialmente si no duras más de dos minutos, entonces esta ayuda adicional te vendrá muy bien.
7. Medicamentos adormecedores
Además de los condones retardantes, existen medicamentos anestésicos que actúan bloqueando las señales nerviosas. Por lo general, estos medicamentos vienen en forma de cremas o aerosoles. Cuando se aplican en el pene, la sensibilidad se reducirá y están aprobados para usarse cuando se tiene eyaculación precoz. Se deben aplicar 20 a 30 minutos antes de tener relaciones sexuales para adormecer el pene.
Al igual que con los preservativos retardantes, no todos los expertos están a favor del uso de estos medicamentos, porque el objetivo principal del acto sexual debe ser el placer en lugar de retrasar el orgasmo.
8. Apretar la base del pene
Hay dos opciones disponibles para esta técnica. La primera es usar un anillo para el pene, puedes usar durante todo el tiempo de la penetración. Los anillos están diseñados para rodear el pene, normalmente en la base, además, algunos diseños presentan funcionalidades interesantes como la vibración. Este juguete sexual retrasa eficazmente la eyaculación al restringir el flujo de sangre hacia el pene, lo que ayuda a mantener una erección más fuerte.
La segunda opción es hacerlo manualmente, cuando sientas que estás a punto de eyacular, haz una pausa y saca el pene, y luego aprieta la base del pene durante unos segundos, o hasta que hayan pasado las ganas de eyacular. Finalmente, continúa teniendo relaciones sexuales y repite la técnica cuando sea necesario.
9. No te concentres solo en el orgasmo
Aunque seguramente habrás escuchado miles de veces esto: “el orgasmo no es lo más importante del sexo”, la realidad es que cuando estás en el acto sexual, la mente no deja de pensar que debes de alcanzar el orgasmo, que esta vez no puedes dejar empezado el juego, y desafortunadamente, sí te quedas a mitad de camino. Por eso, debes relajarte, dejarte llevar y no pensar en el orgasmo durante todo el momento. “Si dejamos de ver el orgasmo como el objetivo final, podremos controlar el placer y concentrarnos en las otras sensaciones involucradas en el sexo”, explican los sexólogos.
Si después de probar estos consejos, no consigues que tus relaciones sexuales sean más duraderas y satisfactoria, te recomendamos consultar a un especialista para que te ayude a encontrar el tratamiento más adecuado para ti. En pocos casos, la eyaculación precoz también puede deberse a motivos físicos, como trastornos hormonales o hipersensibilidad en el glande.